martes

La ciudad se mueve

Cuando viajo me gusta leer. Desarrollé en mi vida de pasajera la capacidad para estar atenta a encontrar un asiento libre y también la de saber estar físicamente cerca para cuando se libere y poder tomarlo con educación. Es cuestión de saber dónde ubicarse. De los que viajan conmigo, puedo intuir quienes van a bajar en la avenida Corrientes, que el morocho en jogging va a bajarse en el barrio del Once y que los que van trajeados van a llegar hasta el centro. Por lo general funciona y puedo contar que el año pasado leí Ana Karenina casi todo en tránsito y una vez, apenas me senté, me puse a leer un cuento de Carver y me propuse no levantar la vista del libro hasta llegar a destino. No vi a nadie con los que compartí ese viaje, apenas las sombras de sus zapatos.

Trato de arrancar cada lunes con un libro nuevo. Lo llevo listo en la cartera y en el instante en que me siento y lo abro me permito ser feliz. Pero no siempre puedo y a veces me toca viajar de pie. En los primeros instantes de resignación, cuando me doy cuenta que ya no me voy a poder sentar, empiezo a criticar a los pasajeros que me rodean y que están como yo, en un estado de silencio forzado.
Y también es ahí cuando observo por la ventana la realidad de la ciudad y me sorprendo de ver como cambió y como dejo de reconocerla. Edificios nuevos por los que pasé a escasos metros cada día mientras se transformaban lentamente, pero que yo nunca miré. Teatros con obras que no conozco y con artistas en carteles gigantescos que a las ocho de la mañana se ven muy extraños. Un bar nuevo donde antes había una farmacia.
La ciudad también se mueve mientras yo avanzo.

1 comentario:

cristian dijo...

A ver si un lunes arrancas con el librito que te presté :P
Me identifiqué mucho con lo que cuentas de ir viendo a los pasajeros y conjeturar quién se bajará pronto para poder sentarse en su lugar. En mi caso es el subte y a veces me funciona. Cuando no, igual leo de pie. Es una capacidad que aprendí en esta cuidad. De donde vengo nunca hay este problema. Siempre se puede elegri donde sentarse, asi que hay que adaptarse.